Por Atilio A. Boron El triunfo del ex obispo Fernando Lugo en las elecciones de ayer pone fin a casi 61 años de predominio del Partido Colorado. La mayor parte de este período transcurrió bajo el signo de una de las más feroces y reaccionarias dictaduras de América latina, presidida por Alfredo Stroessner, quien se hizo del poder mediante un golpe de Estado en 1954 y permaneció en él hasta 1989. Luego de su derrocamiento el Partido Colorado retuvo el poder político, hasta ayer. A lo largo de esos años, Paraguay, un país que, como Bolivia, posee grandes recursos naturales y una población relativamente pequeña (no llega a los siete millones de habitantes), profundizó su atraso económico, político y cultural, condenando a la pobreza a la gran mayoría de sus hijos y reteniendo a aquellos que no emigraron bajo las tenazas de un sistema corrupto hasta la médula, en donde los más altos funcionarios del Estado eran, con muy pocas excepciones, los organizadores del saqueo practicado...