La artista plástica que nació en cautiverio durante el Proceso, y pintó un mural a 30 años del Golpe en nuestra ciudad, denuncia una persecución.
El martes el Mural de la Memoria pintado una pared del colegio Industrial, sobre en 9 de Julio, apareció otra vez con pintadas que lo arruinaron. La autora del mural es Ana Castro, de 30 años, quien a su vez es hija de presos políticos de la Dictadura y nació en cautiverio, cuando su madre estaba detenida.
“Es un mensaje claro. No quedan dudas”, expresó Castro. “Encima fue justo el día en que se conocieron los procesamientos en la causa Inundación, donde mis padres son parte interesada”, continuó. Ana es hija de Jorge Castro y Milagros Demiryi, miembros de la Casa de Derechos Humanos de Santa Fe y querellantes en la causa Inundación, ya que además sufrieron las consecuencias del avance del Salado sobre la ciudad, en abril de 2003.
Las pintadas sobre el Mural de la Memoria fueron hechas luego de que la autora repare las otras pintadas que lo ensuciaron, la noche del viernes 10 de abril.
“Si lo hicieron dos veces, no caben dudas de que no se trata de un acto inocente, de una chiquilinada o de una travesura. Además tacharon mi nombre”, dijo temerosa e indignada Ana Castro a El Litoral.com.
La joven que participó de la creación local del movimiento H.I.J.O.S. es hoy una docente y artista santafesina. “En esta oportunidad, no recibí el apoyo ni la solidaridad, ni la seguridad de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia, ni de nadie del Gobierno”, manifestó.
Las primeras pintadas reivindicatorias del proceso, comenzaron a aparecer en la ciudad días antes de que se cumplan 30 años del Golpe Militar, el 24 de Marzo. En algunas plazas, como la Martín Fierro, ubicada en San Martín y Cándido Pujato, todavía se puede leer “Viva Videla. 24-3-76 / 24-3-06”.
Hasta el momento, ni la policía ni los organismos de Gobierno informaron acerca de quiénes fueron los autores de las pintadas, o quienes fueron los que arruinaron el Mural de la Memoria en dos oportunidades.
¿Lo va a volver a pintar?, se interrogó a Ana Castro. “Cuando lo pintaron por primera vez, me dije que lo iba a terminar. Inclusive, en broma, mencioné en mi círculo íntimo que si lo arruinaban por segunda vez no lo iba a arreglar. Ahora tengo miedo, pero creo que lo voy a reparar”.
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