MICROHISTORIAS
Fuente Telam
"Romances turbulentos de la historia argentina" es el libro que acaba de publicar el periodista Daniel Balmaceda donde cuenta detalles íntimos de la vida de Manuel Belgrano, José de San Martín y Domingo Faustino Sarmiento.Detrás de la gloria estoica que le asignaron los manuales de Historia, los próceres argentinos supieron ocultar una serie de vivencias íntimas que no siempre estuvieron en sintonía con una vida pública inmaculada, según rastrea el periodista Daniel Balmaceda en su libro "Romances turbulentos de la historia argentina".
Hijos ilegítimos, infidelidades reiteradas, abandono de esposas moribundas: antes del proceso de deconstrucción iniciado hace unos años por la llamada novela histórica y retomado por el género conocido como "microhistoria", a nadie se le hubiera ocurrido asociar estas variables domésticas con nombres como los de Manuel Belgrano o José de San Martín.
En esa línea, "Romances turbulentos de la historia argentina", editado por el sello Norma, deja a un lado los tópicos trabajados por la historiografía oficial para contar los vaivenes amorosos de los hombres y mujeres que forjaron la historia argentina durante el siglo XIX.
"El libro desarma la idea que uno tiene de los próceres y muestra que ellos vivían las mismas cosas que nosotros -destacó Balmaceda a Télam-.
La idea era ilustrar en qué situación estaban los próceres cuando ejecutaron las acciones públicas que los hicieron conocidos, descubrir qué tipo de vida personal tenían". "¿Qué recordaría más un lector? ¿Que la batalla de Tucumán fue el 24 de septiembre de 1812 o que en medio de esa batalla sobrevino una plaga de langostas que impactó en los cuerpos de los realistas y los patriotas y les dio la sensación mutua de que los estaban atravesando los proyectiles? -se interrogó el autor-. Creo que esta segunda variante tiene mayor efecto de recordación".
A lo largo de 33 capítulos que integran el volumen, sorprende el retrato de San Martín como un hombre proclive a los amoríos que llega a descuidar a su esposa, Remedios de Escalada, en pleno lecho de muerte. O las andanzas amorosas de Domingo Faustino Sarmiento, al que el autor le dedica tres apartados donde se describen sus tropelías donjuanescas.
Pero si de revelaciones sorprendentes se trata, uno de los tramos más jugosos es el que desmonta la presunta homosexualidad de Manuel Belgrano, a quien en cambio la terminología moderna no tardaría en calificar de "metrosexual" por su afición a la estética personal.
"Los soldados lo llamaban cariñosamente Cotorrita, porque llevaba una chaqueta de un verde muy chillón. Andaba así con las tropas, iba con su chaqueta, usaba los perfumes que había traído de Francia y hablaba con voz de pito. De ahí nació esa fantasía, cuando en realidad tenía mucho éxito con las mujeres.
Hoy, Belgrano sería considerado un metrosexual", relata Balmaceda en el libro. "Belgrano era como (el futbolista) David Beckham: se perfumaba, se cuidaba las manos, el pelo, la ropa... Los paisanos lo miraban como un afeminado, pero a las mujeres les encantaba.
Después está todo el tema de sus batallas, la creación de la bandera y todo eso, pero su vida personal ayuda también a ilustrar las costumbres sociales de una época", aseguró.
¿Se hurga en los aspectos privados para acrecentar la dimensión de los logros públicos o para quebrar el blindaje crítico que envuelve a los próceres? "No me interesa cuestionar lo público ni lo privado. Es un error rever la Historia para enojarse con los próceres", aclaró Balmaceda.
"Me parece que la historia no está para que la cuestionemos sino para que las conozcamos. Hoy se puede conocer la vida privada de los próceres con todos los matices entretenidos que puede tener, mientras que si estuviéramos hablando de personas de la actualidad no lo haríamos tan relajadamente", indicó.
"La distancia nos permite echar un manto de piedad sobre los episodios históricos y verlo todo con mayor despojamiento -acotó Balmaceda-. Por otra parte, estas pequeñas anécdotas permiten que se nos abra el apetito por la historia y uno quiera conocer más".
El catálogo de minucias domésticas desgranado por Balmaceda incluye intrigas pasionales, visitas clandestinas a deshoras, criados cómplices, casamientos por amor, de apuro o por conveniencia. Además, bodas frustradas, lunas de miel interrumpidas; pleitos por herencias; suegras enamoradas de yernos, tíos de sobrinas y maridos burlados.
"Conocer a las personalidades que construyeron la historia desde un costado más humano constituye una forma más amable de entrarle a nuestro origen, más cómoda y atractiva que sumergirse en obras que hacen hincapié en fechas y en sucesos públicos", señaló.
"El lector suele sentirse más cómodo y hasta identificado al leer un texto donde Belgrano, San Martín o Sarmiento son más parecidos a él que a las figuras marmoladas a las que estamos acostumbrados", analizó Balmaceda.
Fuente Telam
"Romances turbulentos de la historia argentina" es el libro que acaba de publicar el periodista Daniel Balmaceda donde cuenta detalles íntimos de la vida de Manuel Belgrano, José de San Martín y Domingo Faustino Sarmiento.Detrás de la gloria estoica que le asignaron los manuales de Historia, los próceres argentinos supieron ocultar una serie de vivencias íntimas que no siempre estuvieron en sintonía con una vida pública inmaculada, según rastrea el periodista Daniel Balmaceda en su libro "Romances turbulentos de la historia argentina".
Hijos ilegítimos, infidelidades reiteradas, abandono de esposas moribundas: antes del proceso de deconstrucción iniciado hace unos años por la llamada novela histórica y retomado por el género conocido como "microhistoria", a nadie se le hubiera ocurrido asociar estas variables domésticas con nombres como los de Manuel Belgrano o José de San Martín.
En esa línea, "Romances turbulentos de la historia argentina", editado por el sello Norma, deja a un lado los tópicos trabajados por la historiografía oficial para contar los vaivenes amorosos de los hombres y mujeres que forjaron la historia argentina durante el siglo XIX.
"El libro desarma la idea que uno tiene de los próceres y muestra que ellos vivían las mismas cosas que nosotros -destacó Balmaceda a Télam-.
La idea era ilustrar en qué situación estaban los próceres cuando ejecutaron las acciones públicas que los hicieron conocidos, descubrir qué tipo de vida personal tenían". "¿Qué recordaría más un lector? ¿Que la batalla de Tucumán fue el 24 de septiembre de 1812 o que en medio de esa batalla sobrevino una plaga de langostas que impactó en los cuerpos de los realistas y los patriotas y les dio la sensación mutua de que los estaban atravesando los proyectiles? -se interrogó el autor-. Creo que esta segunda variante tiene mayor efecto de recordación".
A lo largo de 33 capítulos que integran el volumen, sorprende el retrato de San Martín como un hombre proclive a los amoríos que llega a descuidar a su esposa, Remedios de Escalada, en pleno lecho de muerte. O las andanzas amorosas de Domingo Faustino Sarmiento, al que el autor le dedica tres apartados donde se describen sus tropelías donjuanescas.
Pero si de revelaciones sorprendentes se trata, uno de los tramos más jugosos es el que desmonta la presunta homosexualidad de Manuel Belgrano, a quien en cambio la terminología moderna no tardaría en calificar de "metrosexual" por su afición a la estética personal.
"Los soldados lo llamaban cariñosamente Cotorrita, porque llevaba una chaqueta de un verde muy chillón. Andaba así con las tropas, iba con su chaqueta, usaba los perfumes que había traído de Francia y hablaba con voz de pito. De ahí nació esa fantasía, cuando en realidad tenía mucho éxito con las mujeres.
Hoy, Belgrano sería considerado un metrosexual", relata Balmaceda en el libro. "Belgrano era como (el futbolista) David Beckham: se perfumaba, se cuidaba las manos, el pelo, la ropa... Los paisanos lo miraban como un afeminado, pero a las mujeres les encantaba.
Después está todo el tema de sus batallas, la creación de la bandera y todo eso, pero su vida personal ayuda también a ilustrar las costumbres sociales de una época", aseguró.
¿Se hurga en los aspectos privados para acrecentar la dimensión de los logros públicos o para quebrar el blindaje crítico que envuelve a los próceres? "No me interesa cuestionar lo público ni lo privado. Es un error rever la Historia para enojarse con los próceres", aclaró Balmaceda.
"Me parece que la historia no está para que la cuestionemos sino para que las conozcamos. Hoy se puede conocer la vida privada de los próceres con todos los matices entretenidos que puede tener, mientras que si estuviéramos hablando de personas de la actualidad no lo haríamos tan relajadamente", indicó.
"La distancia nos permite echar un manto de piedad sobre los episodios históricos y verlo todo con mayor despojamiento -acotó Balmaceda-. Por otra parte, estas pequeñas anécdotas permiten que se nos abra el apetito por la historia y uno quiera conocer más".
El catálogo de minucias domésticas desgranado por Balmaceda incluye intrigas pasionales, visitas clandestinas a deshoras, criados cómplices, casamientos por amor, de apuro o por conveniencia. Además, bodas frustradas, lunas de miel interrumpidas; pleitos por herencias; suegras enamoradas de yernos, tíos de sobrinas y maridos burlados.
"Conocer a las personalidades que construyeron la historia desde un costado más humano constituye una forma más amable de entrarle a nuestro origen, más cómoda y atractiva que sumergirse en obras que hacen hincapié en fechas y en sucesos públicos", señaló.
"El lector suele sentirse más cómodo y hasta identificado al leer un texto donde Belgrano, San Martín o Sarmiento son más parecidos a él que a las figuras marmoladas a las que estamos acostumbrados", analizó Balmaceda.
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