Hermes Binner realizó el pasado viernes una conferencia en su confitería preferida, Triferto Peatonal, donde anunció que lo primero que hará si llega al poder será “suprimir los gastos reservados” para dar transparencia a la administración. Alegó que un gobernador maneja dineros públicos que no le pertenecen y por lo tanto los gastos deben ser públicos. El candidato del Frente fue más allá, con un ejemplo sencillo pero con una gran carga de demagogia, dijo que las escuelas no tendrían que esperar que pase un gobernador para que les deje un cheque de $500 o $1.000.
“Una escuela debería tener el presupuesto a través de la vía que corresponde, allí esta la verdadera política, porque si a la educación no se le asigna el presupuesto correspondiente, entonces se ha demostrado en la práctica que no se le da importancia a la educación”, remató Binner.
Ante esta contundencia, nos pusimos a buscar datos probatorios de esta grave denuncia en un gobierno que hasta ahora venía mostrando una gestión prolija y cuidando los detalles.
A través del sistema de búsqueda de leyes provinciales, descubrimos que en 1988, Víctor Reviglio, a través de la ley 10.174, había suprimido del presupuesto las erogaciones “reservadas” de todas las jurisdicciones y organismos descentralizados del Poder Ejecutivo Provincial.
Hasta aquí la ley lo prohíbe, pero quisimos saber si en algunos presupuestos aprobados estaba la palabra “gastos reservados”, y no tuvimos suerte.
Lo único que se encontró es una partida especial para el gobernador que no supera los $3 millones al año (el 0,0004 % del Presupuesto) para que se entregue como subsidio a personas o instituciones.
Si el ataque es por esa partida, Hermes Binner fue mal asesorado por tres razones. Primero, el monto no es el que él denunció. Segundo, los subsidios se rinden porque tienen nombre y destino para el cual se otorgan. Tercero, si él llega a la gobernación y ante una emergencia, como ocurrió hace poco, se puede salvar una vida aportando el dinero para una operación. Los legisladores reparten mensualmente casi $ 400.000 en becas y subsidios, ¿por qué un gobernador no puede disponer de un monto para atender algunas situaciones que no pueden esperar una ley o una acción favorable de la burocracia administrativa?
Volviendo al ejemplo de Binner, no es correcto darle subsidios a las escuelas. “Hay que prever los gastos en los presupuestos”, dijo contundentemente.
Hermes parece vivir en otro país o le acercaron el diario de Irigoyen. ¿No sabe que todos los días hay hechos delictivos contra establecimientos educativos donde destrozan muebles, aberturas y se roban computadores y elementos de los comedores? La escuela República Argentina está funcionando en dos locales distintos, donde hay que estar trasladando a los alumnos según la materia a cursar porque se robaron todas las aberturas del primer piso.
Según esta teoría, habría que esperar hasta el año que vine para que se incluyan en el Presupuesto los gastos imprevistos por la acción de los chorros. No queremos pensar en un imprevisto mayor...
O a Binner le dan “carne podrida” como decimos en la jerga periodística, o Rubén Michlig tiene razón cuando afirma que las críticas del candidato “son producto de su desconocimiento”. Él confía en sus asesores pero debería pedir más información y más pruebas respaldatorias. Tal vez, en este tema debería buscar ayuda externa, porque sus legisladores no deben conocer mucho, ya que nunca aprobaron ningún Presupuesto desde que tienen representación parlamentaria.
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