El Papa presentó el documento que habilita las misas en latín

Después de 40 años de la realización del Concilio Vaticano Segundo, Benedicto XVI redactó el "Summarum Pontificum" con el objetivo de recuperar la antigua misa tridentina. El rito había sido prohibido temporalmente hasta 1984, cuando el Juan Pablo II permitió su recuperación pero sólo bajo estrictas normas especiales autorizadas por un obispo. TELAM


El papa Benedicto XVI publicó hoy el esperado y discutido motu propio "Summarum Pontificum" que permite el uso de la misa en latín con el rito anterior a la reforma litúrgica de 1970.

El rito antiguo es permitido, no impuesto, y la liturgia ordinaria de la Iglesia sigue siendo la conciliar, mientras que los obispos seguirán controlando la aplicación de las normas y en tres años deberán referir al Papa eventuales dificultades, informó la agencia italiana ANSA.

En una carta que Benedicto XVI envió a los obispos, el Sumo Pontífice explicó que "es infundado el temor" de que con la liberalización de la misa en latín anterior a 1970, "sea puesta en duda" la "reforma litúrgica" o la "autoridad del Concilio", y agregó que el antiguo rito "no fue nunca jurídicamente abolido y en línea de principio permaneció siempre permitido".

La nueva medida indicó que la misa podrá ser celebrada de dos formas distintas: la ordinaria, que sigue la reforma litúrgica de Pablo VI de 1970, que puede ser usada siempre y en todos lados, en latín y en las distintas ediciones comunes; y la extraordinaria, que es celebrada según los libros litúrgicos editados por Juan
XXIII en 1962, siempre en latín.

En la carta, Benedicto explicó que "no existe ninguna contradicción entre una y la otra edición del Misal Romanum. En la historia de la liturgia hay crecimiento y progreso, pero ninguna ruptura. Lo que para las generaciones anteriores era sacro, también para nosotros sigue siendo sacro y grande, y no puede ser imprevistamente del todo prohibido o, incluso juzgado dañino".

"Noticias y opiniones hechas sin suficiente información crearon confusión. Hay reacciones muy divergentes entre ellas, que van de una aceptación con alegría a una oposición dura, por un proyecto cuyo contenido en realidad no era conocido", señaló el
Papa en el escrito.

“Existe el temor de que sea modificada la autoridad del Concilio Vaticano II y que una de sus decisiones esenciales, la reforma litúrgica, sea puesta en duda. Tal temor es infundado", sentenció Benedicto XVI en el documento emitido hoy.

Por su parte, el cardenal Jean Pierre Ricard, arzobispo de Burdeos y presidente de la Conferencia episcopal francesa, consideró la medidada no crea "ni vencedores ni vencidos", a la vez que sostuvo que "la preocupación fundamental del Papa es que
haya voluntad de reconciliación" dentro de la Iglesia.

"Es importante que se reconcilien las confesiones católicas que tienen referencias diferentes, los unos a la reforma conciliar, los otros a la antigua forma del rito romano. Más que a la tolerancia, el pontífice llama a los unos y a los otros a la comprensión y a la aceptación recíproca", concluyó prelado.
Por su parte, los seguidores de Monseñor Marcel Lefebvre -quien se había alejado del Vaticano luego de la decisión de que la misa pudiera ser dada en cualquier idioma- reaccionaron en forma positiva ante el restablecimiento en sus derechos de la ceremonia en latín.

"La Fraternidad Sacerdotal San Pío X se alegra de ver que la Iglesia vuelve a encontrar así su tradición litúrgica, donando a los sacerdotes y a los fieles que hasta este momento habían sido privados, la posibilidad de acceder libremente al tesoro de la Misa tradicional", escribió el comunicado publicado en el sitio de internet de esa comunidad cismática.

En tanto, el cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos indicó que "los sacerdotes lefebvrianos siempre pidieron la posibilidad que todo sacerdote pueda celebrar la misa de san Pío V. Ahora está facultad es oficial y formalmente reconocida".

"Por otra parte el pontífice reiteró que la misa que todos nosotros oficiamos cada día, la del Novus ordo, resta la modalidad ordinaria de celebrar el único rito romano, y por lo cual no se puede negar ni el valor ni tanto menos la validez del Novus ordo: ésto debe ser claro", destacó el purpurado latinoamericano.