Un cura que bendijo la represión
Se prevé que más de 120 testigos declaren contra el sacerdote Christian Von Wernich. Está acusado de haber participado en siete homicidios y 41 casos de privaciones ilegales de la libertad y torturas. Hoy se leerá la imputación y le preguntarán si quiere declarar.
Por Victoria Ginzberg
“El sacerdote Christian Von Wernich nos visitó y nos dijo que no debíamos odiar. A pesar del miedo que teníamos no pude aguantar y le dije que difícilmente se podía sentir amor si cinco personas lo estaban torturando. Contestó que nosotros debíamos pagar por lo que habíamos hecho, que debíamos pagar con torturas, con muertes o con lo que fuera necesario porque éramos culpables. Héctor Baratti le preguntó qué tenía que pagar su hija, que tenía días. El sacerdote le respondió que su hija pagaba por lo que habían hecho sus padres.” El relato lo hizo Luis Velasco ante la Cámara Federal de La Plata. El hombre, que estuvo secuestrado en la Comisaría quinta de esa ciudad, será uno de los más de 120 testigos previstos en el juicio contra el capellán de Ramón Camps que comenzará hoy. Este proceso oral y público será el tercero contra un represor de la última dictadura después de la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida y expondrá la complicidad y apoyo que la conducción eclesiástica dio al terrorismo de Estado.
Von Wernich será juzgado por los jueces Carlos Rozanski, Norberto Lorenzo y Horacio Isaurralde, del Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata. Son los mismos magistrados que el año pasado condenaron a reclusión perpetua al ex director de investigaciones de la Policía Bonaerense Miguel Osvaldo Etchecolatz. El cura está acusado de haber participado en siete homicidios y 41 casos de privaciones ilegales de la libertad y torturas.
El proceso comenzará con la lectura de la acusación de la fiscalía. Luego, Von Wernich será interrogado por el tribunal, aunque tiene derecho a no declarar. Durante la etapa de instrucción, el represor optó por hablar.
A pesar de que dio una versión distorsionada de los hechos, aceptó haber estado en los centros clandestinos de Camps y haber visto a personas que estaban desaparecidas. Claro que, según su declaración, esos lugares eran “comisarías con bandera, escudo, personal uniformado” que él “debía visitar como capellán para dar charlas al personal policial” y donde “aprovechaba siempre para saludar y ver a los que estaban detenidos en el lugar”. Agregó que en la comisaría de Don Bosco (el centro clandestino Puesto Vasco) “se encontraba con gente conocida” como Jacobo Timerman, director del diario La Opinión, Osvaldo Papaleo, secretario de prensa de Isabel Perón y el ex juez Julio César Miralles. Von Wernich señaló que “volvió varias veces a verlos” y que avisaba con tiempo porque organizaban “algo así como un asado para que pudieran almorzar juntos” y que “después se armaban partidos de truco” y que “el clima era muy bueno”.
Los detenidos que lograron salir con vida de esos sitios relataron otros hechos. Papaleo, por ejemplo, aseguró que durante su cautiverio “lo hicieron desnudar, lo ataron a un elástico que estaba en el piso en forma horizontal y le aplicaron shocks eléctricos, primero en forma más leve, en la planta de los pies, los muslos y el pecho, a la vez que lo golpeaban con los pies en la cabeza”. Agregó que luego “se intensificó el tormento que se extendió a las encías y los genitales”. Los sobrevivientes coincidieron además en que con Timerman “había un ensañamiento especial por su condición de judío”.
Papaleo y Miralles están en la lista de testigos. En representación de Timerman –fallecido en 1999– estarán sus hijos, entre ellos Héctor, actual cónsul en Nueva York. El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, el obispo Miguel Hesayne y la ex ministra Graciela Fernández Meijide también serán convocados.
“Voy a dar mi testimonio como hombre comprometido desde la fe. El Evangelio nunca justifica la muerte para salvar el alma”, dijo ayer Pérez Esquivel al recordar que el ex marino Adolfo Scilingo le dijo que Von Wernich bendecía a quienes arrojaban los cuerpos de los desaparecidos al mar.
El sacerdote católico Rubén Capitanio, párroco de la ciudad neuquina de Centenario, también declarará en el juicio. “Hay demasiadas pruebas de que ha sido culpable de delitos extremadamente graves, como la tortura, las violaciones, las vejaciones a personas y la complicidad en asesinatos”, expresó Capitanio. El sacerdote señaló que “la actuación del padre Von Wernich no era la única posibilidad de ser sacerdote ante el drama de los desaparecidos y los secuestrados” y consideró insuficiente el “pedido de perdón solemne” de la Iglesia Católica en el Congreso Eucarístico Nacional. “Este testimonio me permite asumir con dolor y con vergüenza la actuación de un miembro de la Iglesia de manera tan terrible, y a la vez poder estar del lado de las víctimas, poder declarar en nombre de las víctimas”, agregó.
Durante el juicio se ventilará la participación de Von Wernich en crímenes cometidos en cinco centros clandestinos: Puesto Vasco, Coti Martínez, en San Isidro; la Brigada de Investigaciones de Quilmes, el destacamento policial de Arana y la comisaría quinta de La Plata. Está previsto la declaración de alrededor de 70 sobrevivientes y la realización de inspecciones oculares a esos sitios.
La agrupación Justicia Ya!, querellante en el caso, señaló que, “en este juicio, nos proponemos mostrar que Von Wernich fue una pieza clave de ese genocidio. Es decir, que los delitos que cometió no fueron perpetrados en forma aislada, fragmentariamente, sino que se trató de una acción planificada de manera coordinada, en función de la represión ilegal implementada por la dictadura”.
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