El titular de la delegación Rosario de Amsafé, Gustavo Terés, se mostró convencido de que “la convocatoria a padres y docentes debería haber sido más amplia” que para una jornada de trabajo voluntario donde se pinten las escuelas.
“Queremos que haya convocatorias para discutir los destinos de la educación pública”, afirmó, ya que “ni siquiera quedó claro cuál es el proyecto educativo” del nuevo gobierno, “cómo se aplicará la reforma del sistema, de qué modo se desandarán todos los aspectos cuestionados por el gremio y la comunidad educativa, ni en cuántos puntos aumentará el presupuesto para la educación santafesina”.
Pero el tema que Terés ve más álgido de la campaña lanzada por la gestión de Hermes Binner para sumar trabajo voluntario y donaciones en pos de una jornada solidaria de pintura en las escuelas, es que sea el sector privado el que la esponsorice con distintas donaciones.
Para el dirigente, ello implica un “gran riesgo”. Por un lado, que el Estado se “desresponsabilice” de sus deberes para con la educación pública. Por otro, que los aportes privados lleven a una “distribución desigual” y la “ayuda indirecta” reemplace o ablande los controles estatales sobre las obligaciones tributarias que, “a través de impuestos directos”, le corresponden al sector empresario. Una experiencia que, dijo, ya mostró su peor cara en los años 90.
Por los salarios
Terés aseguró además que “entre los docentes hay un malestar muy grande” por no haber cobrado el incentivo de 110 pesos que venía pagando la Nación y que algunas provincias decidieron asumir por cuenta propia, “como Entre Ríos y Buenos Aires”, y del que el gobierno santafesino “se desentendió”.
También reclamó a Educación provincial sentarse a discutir con el gremio cómo se reglamentará la discusión paritaria “para que el Estado no sea juez y parte” y remarcó “la situación desfavorable” en materia salarial en que se encuentran los trabajadores del sector público frente al privado.
El salario, afirmó, deberá “superar los índices inflacionarios que los economistas ubicaron para el 2007 entre el 20 y el 25 por ciento”, y volvió a reclamar sueldos “por encima de la escalada inflacionaria y que cubran la canasta familiar”, un monto que estimó cercano a los 3.000 pesos.
Fuente: La Capital
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