Preocupación de comerciantes y clientes
Operan en la peatonal santafesina desde hace más de 10 años. Los pungas roban billeteras y carteras, y las mecheras ingresan a las tiendas en grupo. Los comerciantes denuncian connivencia policial e inacción judicial. El Litoral
Son mujeres. Van en grupo. Suelen estar acompañadas por un hombre. Tienen entre 30 y 35 años. Y roban con total impunidad a comerciantes y clientes de la peatonal santafesina. A ellas, se les suman parejas de varones que utilizan la distracción y la sorpresa como estrategias principales para delinquir "al paso". Se los llama mecheras y pungas. Están identificados. Pero hace más de 10 años que adoptaron al robo como oficio y viven de lo que hurtan de la cartera de la dama, la billetera del caballero o la mercadería que se llevan a las corridas de los negocios.
Son sigilosos. Pocos se dan cuenta cuando un punga mete una mano en la cartera. Distraen a su víctima y lo sorprenden: tiran papelitos al aire mientras otro aprovecha e introduce sus manos en los pantalones de vestir. Las mecheras entran en grupo, pero simulan no conocerse. Mientras una pregunta precios y distrae a la vendedora, otra "manotea" varias prendas y corre.>
No los detienen las alarmas, la presencia policial ni los jueces. Y mucho menos la voz de aviso -que a los gritos o tocando una campana- se dan los comerciantes unos a otros cuando los ven llegar. Si esto pasa, vuelven tras sus pasos y los amenazan.>
Al contrario de lo que cree la mayoría, los pungas y mecheras conforman una sociedad organizada, con distribución de roles, estrategias pensadas para sorprender, medios de movilidad y, según denuncian los comerciantes, connivencia policial y nulo accionar de los jueces.>
Los comerciantes están absolutamente hartos. Este "mirar para otro lado" de las autoridades los perjudica en doble sentido. "Las mecheras afectan en forma directa nuestro patrimonio y los pungas convierten insegura a la peatonal y nos hacen perder ventas porque les sacan a la gente el dinero que trae para gastar aquí", coinciden.>
Blancos elegidos
Los clientes son, quizás, los más indefensos dado que no conocen a los ladrones. En cambio, quienes desarrollan su actividad en la peatonal identifican con claridad a las mecheras porque "son siempre las mismas", aseguran.
La gravedad de la situación los obliga a dar testimonio. Pero prefieren resguardarse en el anonimato por temor a sufrir represalias.>
"Los floristas al paso son dateros, se fichan todo. Hay bandas de mecheras de Santa Fe y Paraná que van y vienen. Después están los pungas, que los conocemos todos los comerciantes pero para el resto de la gente son desconocidos, hay tucumanos y jujeños y también de acá. Van de a dos y eligen a tipos grandes que tengan pantalones de vestir donde entra la mano fácil", comentó el dueño de un negocio.>
"Se ven a diario. Es frecuente que vengan señoras a comprar y cuando quieren pagar no tienen la billetera y ni se dieron cuenta cuándo les abrieron las carteras", aportó otro.>
"Las que abren carteras andan de a 4 ó 5 y con un hombre. Roban y se la van pasando para atrás hasta que se la dan al hombre que se va y desaparece", aseguran los que alguna vez los vieron en acción.>
Los comerciantes tienen la sensación de que "la policía está relajada" y que "la zona está como liberada: los tipos que vienen a robar compran la zona en las comisarías y se las liberan", denuncian. En función de esto, consideran "prudente comenzar a preguntarnos qué es lo que pasa que ni la policía ni los jueces actúan si son los mismos hace 10 años".>
Un trabajador de la empresa de seguridad privada que recorre calle San Martín aseguró que son "muy pocos para controlar todo pero buscamos la forma. Se ven muchos carteristas y mecheras, los tenemos identificados, los conocemos pero no tenemos poder de policía y no podemos detenerlos. A la gente le recomendamos que ande con cuatro ojos y que cualquier inconveniente nos avise para dar intervención a la policía".>
Por la misma puerta
Lo que más sorprende a un trabajador que hace años adoptó las calles de la peatonal para ejercer su oficio es que "veo que la policía los agarra y a los días aparecen de nuevo, entran y salen".
En coincidencia, el dueño de un negocio dijo que "están todos identificados pero entran y salen por la misma puerta. Esto pasa desde hace años, las carteristas son siempre las mismas, las conocemos y las vemos siempre pero la policía no hace nada. No hay manera de correrlas y si las mirás te amenazan, te gritan de todo".>
"El problema se agrava porque la policía no hace nada. La presencia policial que ponen aquí no sirve porque cada agente no tiene la convicción de ser servidor del orden público, se diluye, está en la pavada, jugando con el celular y mirando para cualquier parte", sostienen quienes desarrollan su actividad en la peatonal.>
La pregunta obvia es la que los comerciantes se hacen una y otra vez: "Si están todos prontuariados y saben las direcciones exactas donde viven los delincuentes: ¿qué es lo que pasa que todo sigue igual desde hace años?".>
"Es robo organizado"
Los integrantes de la Asociación Amigos de Calle San Martín están sumamente preocupados por esta situación. "Siempre planteamos tratar de manejarnos orgánicamente con la Policía y la Justicia, reunirnos y hacer un trabajo en común pero no lo hemos logrado", aseguró el presidente, Jorge Baremberg.
"La policía nos dice que los jueces no acompañan el accionar de ellos, entonces detienen a la mechera y el juez la libera a las dos horas, con el agravante de que ellas saben que esa es la metodología, que como entran salen, a pesar de que hay reiteración de delitos. Sin el respaldo de la Justicia, es evidente que no van a hacer nada y los platos rotos los terminamos pagando los comerciantes y el ciudadano que viene a la peatonal", dijo.
Para él no se trata de simples arrebatos. Lo considera "robo organizado" porque "manejan una metodología del delito, trabajan unas con otras de pantalla, se hacen de campana, pasan hombres con sus vehículos y ellas se deshacen de las mercadería tirándola dentro del auto, tienen roles y funciones. La denominación de mechera queda como parte del anecdotario popular porque esto es un robo organizado, así hay que denunciarlo y uno no puede dejar de pensar que hay una connivencia muy grande entre muchos sectores".
Por último reflexionó que "estamos bregando con políticas de acercamiento a la gente y puesta en valor de los espacios públicos para que la gente venga, camine y compre en la peatonal y esto nos juega en contra".
Relevamiento policial
El comisario Víctor Hugo Carballo, Jefe de la División Estadísticas y Análisis Criminal del Departamento La Capital, reconoce que se producen delitos en ese sector de la ciudad pero asegura que disminuyen año a año gracias a la mayor presencia policial.
Según las estadísticas que maneja en base a las denuncias generales realizadas, en promedio se produce un delito y medio por día. "El microcentro que nosotros focalizamos tiene 10 cuadras de norte a sur (desde Hipólito Irigoyen hasta Juan de Garay ) y 5 de este a oeste (9 de Julio hasta Rivadavia). Allí se concentra una importante zona comercial, está el Teatro Municipal, la zona bancaria, Anses, la Caja de Jubilaciones, Colegios, Iglesias, UPCN, más toda la gente que reside allí. Esto nos da un promedio de hábitat de 10 mil personas y de circulación de unas 50 mil personas en un día común. Entonces el delito en esas condiciones no es tanto".
Además aclara que la policía "es auxiliar de la Justicia, cada hecho se comunica al Juzgado; nuestra función principal es la de prevención a partir de la presencia en las calles" y que "muchos de estos delitos no se denuncian por lo que no están registrados en las comisarías".
Respecto al accionar de mecheras y pungas asegura que "hemos hecho procedimientos y hemos detenido a tucumanos, cordobeses y porteños y también a chicos que han aprendido esa actividad en el norte de la ciudad. Tenemos que tener mucho cuidado porque ellos están jugados y son capaces de salir con una moto disparando por el medio de la calle y nosotros no podemos hacer lo mismo porque debemos preservar la vida humana que ellos no tienen en cuenta".
En la oficina de Carballo "están todos identificadas, los que por alguna razón han caído han sido fotografiados. Pero el sistema judicial es así".
Son sigilosos. Pocos se dan cuenta cuando un punga mete una mano en la cartera. Distraen a su víctima y lo sorprenden: tiran papelitos al aire mientras otro aprovecha e introduce sus manos en los pantalones de vestir. Las mecheras entran en grupo, pero simulan no conocerse. Mientras una pregunta precios y distrae a la vendedora, otra "manotea" varias prendas y corre.>
No los detienen las alarmas, la presencia policial ni los jueces. Y mucho menos la voz de aviso -que a los gritos o tocando una campana- se dan los comerciantes unos a otros cuando los ven llegar. Si esto pasa, vuelven tras sus pasos y los amenazan.>
Al contrario de lo que cree la mayoría, los pungas y mecheras conforman una sociedad organizada, con distribución de roles, estrategias pensadas para sorprender, medios de movilidad y, según denuncian los comerciantes, connivencia policial y nulo accionar de los jueces.>
Los comerciantes están absolutamente hartos. Este "mirar para otro lado" de las autoridades los perjudica en doble sentido. "Las mecheras afectan en forma directa nuestro patrimonio y los pungas convierten insegura a la peatonal y nos hacen perder ventas porque les sacan a la gente el dinero que trae para gastar aquí", coinciden.>
Blancos elegidos
Los clientes son, quizás, los más indefensos dado que no conocen a los ladrones. En cambio, quienes desarrollan su actividad en la peatonal identifican con claridad a las mecheras porque "son siempre las mismas", aseguran.
La gravedad de la situación los obliga a dar testimonio. Pero prefieren resguardarse en el anonimato por temor a sufrir represalias.>
"Los floristas al paso son dateros, se fichan todo. Hay bandas de mecheras de Santa Fe y Paraná que van y vienen. Después están los pungas, que los conocemos todos los comerciantes pero para el resto de la gente son desconocidos, hay tucumanos y jujeños y también de acá. Van de a dos y eligen a tipos grandes que tengan pantalones de vestir donde entra la mano fácil", comentó el dueño de un negocio.>
"Se ven a diario. Es frecuente que vengan señoras a comprar y cuando quieren pagar no tienen la billetera y ni se dieron cuenta cuándo les abrieron las carteras", aportó otro.>
"Las que abren carteras andan de a 4 ó 5 y con un hombre. Roban y se la van pasando para atrás hasta que se la dan al hombre que se va y desaparece", aseguran los que alguna vez los vieron en acción.>
Los comerciantes tienen la sensación de que "la policía está relajada" y que "la zona está como liberada: los tipos que vienen a robar compran la zona en las comisarías y se las liberan", denuncian. En función de esto, consideran "prudente comenzar a preguntarnos qué es lo que pasa que ni la policía ni los jueces actúan si son los mismos hace 10 años".>
Un trabajador de la empresa de seguridad privada que recorre calle San Martín aseguró que son "muy pocos para controlar todo pero buscamos la forma. Se ven muchos carteristas y mecheras, los tenemos identificados, los conocemos pero no tenemos poder de policía y no podemos detenerlos. A la gente le recomendamos que ande con cuatro ojos y que cualquier inconveniente nos avise para dar intervención a la policía".>
Por la misma puerta
Lo que más sorprende a un trabajador que hace años adoptó las calles de la peatonal para ejercer su oficio es que "veo que la policía los agarra y a los días aparecen de nuevo, entran y salen".
En coincidencia, el dueño de un negocio dijo que "están todos identificados pero entran y salen por la misma puerta. Esto pasa desde hace años, las carteristas son siempre las mismas, las conocemos y las vemos siempre pero la policía no hace nada. No hay manera de correrlas y si las mirás te amenazan, te gritan de todo".>
"El problema se agrava porque la policía no hace nada. La presencia policial que ponen aquí no sirve porque cada agente no tiene la convicción de ser servidor del orden público, se diluye, está en la pavada, jugando con el celular y mirando para cualquier parte", sostienen quienes desarrollan su actividad en la peatonal.>
La pregunta obvia es la que los comerciantes se hacen una y otra vez: "Si están todos prontuariados y saben las direcciones exactas donde viven los delincuentes: ¿qué es lo que pasa que todo sigue igual desde hace años?".>
"Es robo organizado"
Los integrantes de la Asociación Amigos de Calle San Martín están sumamente preocupados por esta situación. "Siempre planteamos tratar de manejarnos orgánicamente con la Policía y la Justicia, reunirnos y hacer un trabajo en común pero no lo hemos logrado", aseguró el presidente, Jorge Baremberg.
"La policía nos dice que los jueces no acompañan el accionar de ellos, entonces detienen a la mechera y el juez la libera a las dos horas, con el agravante de que ellas saben que esa es la metodología, que como entran salen, a pesar de que hay reiteración de delitos. Sin el respaldo de la Justicia, es evidente que no van a hacer nada y los platos rotos los terminamos pagando los comerciantes y el ciudadano que viene a la peatonal", dijo.
Para él no se trata de simples arrebatos. Lo considera "robo organizado" porque "manejan una metodología del delito, trabajan unas con otras de pantalla, se hacen de campana, pasan hombres con sus vehículos y ellas se deshacen de las mercadería tirándola dentro del auto, tienen roles y funciones. La denominación de mechera queda como parte del anecdotario popular porque esto es un robo organizado, así hay que denunciarlo y uno no puede dejar de pensar que hay una connivencia muy grande entre muchos sectores".
Por último reflexionó que "estamos bregando con políticas de acercamiento a la gente y puesta en valor de los espacios públicos para que la gente venga, camine y compre en la peatonal y esto nos juega en contra".
Relevamiento policial
El comisario Víctor Hugo Carballo, Jefe de la División Estadísticas y Análisis Criminal del Departamento La Capital, reconoce que se producen delitos en ese sector de la ciudad pero asegura que disminuyen año a año gracias a la mayor presencia policial.
Según las estadísticas que maneja en base a las denuncias generales realizadas, en promedio se produce un delito y medio por día. "El microcentro que nosotros focalizamos tiene 10 cuadras de norte a sur (desde Hipólito Irigoyen hasta Juan de Garay ) y 5 de este a oeste (9 de Julio hasta Rivadavia). Allí se concentra una importante zona comercial, está el Teatro Municipal, la zona bancaria, Anses, la Caja de Jubilaciones, Colegios, Iglesias, UPCN, más toda la gente que reside allí. Esto nos da un promedio de hábitat de 10 mil personas y de circulación de unas 50 mil personas en un día común. Entonces el delito en esas condiciones no es tanto".
Además aclara que la policía "es auxiliar de la Justicia, cada hecho se comunica al Juzgado; nuestra función principal es la de prevención a partir de la presencia en las calles" y que "muchos de estos delitos no se denuncian por lo que no están registrados en las comisarías".
Respecto al accionar de mecheras y pungas asegura que "hemos hecho procedimientos y hemos detenido a tucumanos, cordobeses y porteños y también a chicos que han aprendido esa actividad en el norte de la ciudad. Tenemos que tener mucho cuidado porque ellos están jugados y son capaces de salir con una moto disparando por el medio de la calle y nosotros no podemos hacer lo mismo porque debemos preservar la vida humana que ellos no tienen en cuenta".
En la oficina de Carballo "están todos identificadas, los que por alguna razón han caído han sido fotografiados. Pero el sistema judicial es así".
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