Fuente: El Litoral
El domingo 17 de junio, día del padre, Mario Laracca ingresó a la carnicería ubicada en la esquina de Fray Cayetano Rodríguez y López y Planes cuando varios delincuentes asaltaban el local y al verse sorprendidos por el sujeto le dispararon hasta asesinarlo y huyeron con impunidad. A una semana del brutal crimen, bajo el lema “estemos juntos”, vecinos y amigos de la familia Laracca difunden un documento a la opinión pública y organizaron una marcha para reclamar “perpetua efectiva para los asesinos de Mario” y para solicitar a las autoridades “guardias permanentes que protejan toda la zona”.
La carta a la opinión pública
Además de la marcha, los vecinos y amigos difundieron un documento para hacer conocer a la opinión pública el tremendo dolor que les causó el asesinato y en el que reflexionan sobre qué hacer desde ahora en adelante.
“Una vida fue arrebatada inexplicablemente, dejando a una familia destruida, una comunidad destruida, dejando muchas preguntas sin respuestas y una sensación de dolor e impotencia de la cual es muy difícil deshacerse”, señala el documento, y continúa: “Es por esto que nació desde lo más profundo de nuestro ser la necesidad de reclamar Justicia por Mario Laracca, quien era esposo de una persona vinculada a la institución (Jardín de Infantes Ntra. Sra. de Covadonga), y por todas las víctimas que esta ciudad ya tiene; surgió la necesidad de dejar de ver que las cosas le suceden a otros. Esto nos sucede a TODOS, y todos debemos reclamar por nuestros derechos y por una sociedad digna, en la que los que vivan encerrados sean los delincuentes y no nosotros, y en la que exista un Estado que se comprometa seriamente en revertir la gran pobreza y desigualdad que transforma a algunos marginados en delincuentes”.
Más adelante el comunicado dice: “No podemos seguir cotidianamente entrando a un comercio sin mirar quiénes están adentro, seguir desconfiando del que pasa junto a nosotros por la vereda, subiendo la ventanilla en el semáforo, o encerrando a nuestros chicos entre cuatro paredes para que sean espectadores de la violencia que nos rodea desde un aparato de televisión. BASTA. Llegó la hora de VIVIR. Apostemos a una nueva realidad todos juntos, intentémoslo, porque si no lo hacemos ahora, cuando seamos ancianos no nos lo vamos a perdonar”.
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