Este año la celebración judía coincide con la cristiana. Por las calles de la Tierra Santa, los turistas van y vienen. Y visitan todos los lugares santos. Calculan que la cantidad de peregrinos será muy superior a la de años anteriores. Israel desplegó un importante operativo policial para prevenir ataques.
La pascua judía se celebra este año en Israel en medio de un importante despliegue policial, por el temor de las autoridades a ataques de grupos armados palestinos. En todo el territorio israelí comenzaron las celebraciones de la semana con el tradicional Seder, una comida almuerzo ritual de hierbas amargas y pan ácimo en conmemoración de la fuga de los judíos de Egipto a través del Sinaí hacia la Tierra Prometida.
Este año, la semana de pascua judía coincide con la pascua católica. También, en vista de las celebraciones pascuales del domingo en la basílica del Santo Sepulcro, miles de peregrinos católicos están llegando a Jerusalén. Según previsiones, la cantidad de visitantes será muy superior a la de años anteriores, debido a la disminución de la violencia registrada en los últimos meses. Viajeros de todo el mundo llegaron en las últimas horas a Israel.
Jerusalén —el escenario de los hechos que se evocan— luce espléndida. Debe reconocérsele a las autoridades israelíes un singular esmero: la limpieza y el orden están a la vista. Las edificaciones no paran. Por sus calles, en medio de un clima primaveral, los peregrinos —mezclándose con los judíos más observantes y los musulmanes— van y vienen, colman los lugares santos. De todos modos, la celebración de la pascua judía se desarrolla este año en un clima de alerta. En Israel, todos recuerdan que hace cuatro años el grupo terrorista Hamas lanzó un ataque durante la pascua judía contra un hotel de Natanya, en el norte de Tel Aviv, cuando muchos practicantes participaban del Seder.
Entonces, un kamikaze proveniente de Cisjordania se hizo explotar en el lugar y causó la muerte de 29 personas. Miles de agentes y soldados están desplegados a lo largo de las fronteras de Israel y en las principales ciudades israelíes para prevenir posibles ataques. Según la inteligencia israelí, 78 atentados están en fase de preparación por parte de grupos armados palestinos.
La pascua judía recuerda la fuga de los judíos de la esclavitud en el Egipto de los faraones bajo la guía de Moisés y su evolución en un pueblo guiado por los Diez Mandamientos morales recibidos en el Sinai. En base a la tradición, la cena de Seder que abre la semana de pascua está precedida por la lectura de un texto histórico, la Haggada, que describe los sufrimientos de la partida de Egipto y la dramática fuga en el desierto seguida de la apertura milagrosa de las aguas del Mar Rojo.
Por el inicio de la semana se interrumpieron las tratativas para la formación del nuevo gobierno israelí. El premier interino, Ehud Olmert, encargado de formar el nuevo ejecutivo, se trasladó con su familia a Galilea para descansar. Pero antes, en una entrevista con el Wall Street Journal, Olmert dijo que quiere aplicar dentro de 18 meses su plan unilateral de desmantelamiento de algunas colonias en Cisjordania.
El plan, afirmó, costará unos 10.000 millones de dólares. Olmert anunció que viajará a Estados Unidos en los próximos meses, para pedir a Washington apoyo político y financiero para el proyecto.
La pascua judía se celebra este año en Israel en medio de un importante despliegue policial, por el temor de las autoridades a ataques de grupos armados palestinos. En todo el territorio israelí comenzaron las celebraciones de la semana con el tradicional Seder, una comida almuerzo ritual de hierbas amargas y pan ácimo en conmemoración de la fuga de los judíos de Egipto a través del Sinaí hacia la Tierra Prometida.
Este año, la semana de pascua judía coincide con la pascua católica. También, en vista de las celebraciones pascuales del domingo en la basílica del Santo Sepulcro, miles de peregrinos católicos están llegando a Jerusalén. Según previsiones, la cantidad de visitantes será muy superior a la de años anteriores, debido a la disminución de la violencia registrada en los últimos meses. Viajeros de todo el mundo llegaron en las últimas horas a Israel.
Jerusalén —el escenario de los hechos que se evocan— luce espléndida. Debe reconocérsele a las autoridades israelíes un singular esmero: la limpieza y el orden están a la vista. Las edificaciones no paran. Por sus calles, en medio de un clima primaveral, los peregrinos —mezclándose con los judíos más observantes y los musulmanes— van y vienen, colman los lugares santos. De todos modos, la celebración de la pascua judía se desarrolla este año en un clima de alerta. En Israel, todos recuerdan que hace cuatro años el grupo terrorista Hamas lanzó un ataque durante la pascua judía contra un hotel de Natanya, en el norte de Tel Aviv, cuando muchos practicantes participaban del Seder.
Entonces, un kamikaze proveniente de Cisjordania se hizo explotar en el lugar y causó la muerte de 29 personas. Miles de agentes y soldados están desplegados a lo largo de las fronteras de Israel y en las principales ciudades israelíes para prevenir posibles ataques. Según la inteligencia israelí, 78 atentados están en fase de preparación por parte de grupos armados palestinos.
La pascua judía recuerda la fuga de los judíos de la esclavitud en el Egipto de los faraones bajo la guía de Moisés y su evolución en un pueblo guiado por los Diez Mandamientos morales recibidos en el Sinai. En base a la tradición, la cena de Seder que abre la semana de pascua está precedida por la lectura de un texto histórico, la Haggada, que describe los sufrimientos de la partida de Egipto y la dramática fuga en el desierto seguida de la apertura milagrosa de las aguas del Mar Rojo.
Por el inicio de la semana se interrumpieron las tratativas para la formación del nuevo gobierno israelí. El premier interino, Ehud Olmert, encargado de formar el nuevo ejecutivo, se trasladó con su familia a Galilea para descansar. Pero antes, en una entrevista con el Wall Street Journal, Olmert dijo que quiere aplicar dentro de 18 meses su plan unilateral de desmantelamiento de algunas colonias en Cisjordania.
El plan, afirmó, costará unos 10.000 millones de dólares. Olmert anunció que viajará a Estados Unidos en los próximos meses, para pedir a Washington apoyo político y financiero para el proyecto.
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