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“Debemos señalar los errores”
Eduardo Macaluse habla en forma pausada. La calma de su voz se transmite a sus definiciones, pero de fondo se pueden escuchar las largas horas de discusión que tuvieron en el grupo de los ocho diputados disidentes, quienes suelen elegir el Hotel Bauen como lugar de encuentro. Esta semana trascendió que formarán un bloque propio, algo que anunciarán pasado mañana en el Salón Cabezas del Congreso. “Nuestra responsabilidad es señalar los errores de Carrió y no callarnos la boca por conveniencia”, asegura el (hasta ahora) jefe de la bancada del ARI.
–Los lilitos argumentan que si no acordaban con la Coalición Cívica, no deberían haber ido en la lista...
–Las diferencias sobre los procesos de toma de decisión yo las había manifestado antes de entrar en la lista. Todos sabían lo que yo pienso cuando me incluyeron como diputado en esa lista. Ir en una lista no es un contrato de sumisión. El tema es que después de la elección se tomaron decisiones que modifican el rumbo de la CC.
–¿Cuáles?
–Del Sel y Prat Gay, que eran asesores de Carrió, pasaron a ser jefes de la fuerza. De los que nosotros calculábamos como presidenciables, que eran Hermes Binner y Fabiana Ríos, se pasó a Del Sel y Prat Gay.
–Carrió dijo que “con este resultado, cada uno tendrá que decidir dónde quiere estar”.
–Y nosotros decimos que queremos estar en el ARI, que queremos autonomía y que queremos debatir el rumbo que está tomando la Coalición.
–¿Qué les preocupa del rumbo?
–El discurso post-electoral tendiente a dividir en dos polos la sociedad: los supuestos ilustrados contra los supuestos guarangos, el voto pensado contra el voto comprado. Eso se exacerba desde el Gobierno y desde la oposición y no queremos quedar parados en ninguno de esos lugares, porque divide a la sociedad artificialmente y se llega al bipartidismo por otros medios.
–¿Sería una reedición del peronismo-antiperonismo?
–Claro, cincuenta años después. La composición de los espacios políticos no se puede simplificar como hacen el Gobierno y la oposición. Ni todos los votantes de Carrió son gorilas, ni todos los de Cristina, comprados.
–¿El lanzamiento del grupo “Dejemos en paz al campo” profundizó las diferencias?
–Muchos de los que fueron a esa conferencia de prensa no están de acuerdo con el contenido de la propuesta. Tomaron una decisión parlamentaria sin consultarla con el bloque, después de dos semanas de que no asistir a las reuniones, lo que muestra que las decisiones se toman afuera del Congreso.
–¿Dónde se toman?
–No sé, pero en el Congreso, no.
–¿Van a asistir al congreso del ARI del próximo sábado?
–Sí, claro. Estamos de acuerdo con que haya congreso y queremos que se amplíe el temario, porque allí se van a poder empezar a discutir los criterios para incorporar nuevos miembros, los procedimientos para dirimir las diferencias y la autonomía que tiene que tener el ARI. El congreso va a demostrar si el ARI es un partido que admite la diferencia o que regimenta. Creemos que se puede convivir en la diferencia y respetamos a los que no piensan como nosotros.
–¿Qué pasa si la mayoría vota por quedarse en la CC?
–Este debate no se puede agotar en un Congreso. Hace mucho que no podemos debatir en profundidad. No admitimos esa división de estar con Carrió o contra ella. Es un liderazgo como hubo muy pocos este país, pero no es infalible. Y nuestra responsabilidad es señalar los errores y no callarnos la boca por conveniencia.
–Entre los errores, ¿cuentan aquella frase de que “hay que dejar de humillar a las fuerzas armadas?
–Sí, yo creo que juzgarlos no es humillarlos. Y con Carrió estamos de acuerdo en que hay que juzgarlos.
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