ATILRA ROSARIO

Una muerte evitable

Parece que el fin de semana largo puso un manto de olvido sobre lo ocurrido en Rosario. Los medios nacionales siguen con otros temas y los provinciales, destacando el año de gestión de Binner. Lo de Atilra ya fue, como dicen los chicos de hoy.
Esta muerte que se quiere minimizar desde el gobierno y hasta de los propios dirigentes de Atilra Rosario tiene nombre y apellido: Héctor del Valle Cornejo, 50 años, 20 años trabajando en Sancor, casado con Marcela, de 44 años, y padre de 5 hijos (dos menores, de 12 y 7 años).
Esa madruga, cuando se despidió de su mujer, le dijo: "Negra me voy, esperame que vengo a la noche, nos estamos viendo". Fueron las últimas palabras que todavía retumban en los oídos de Marcela, según confesó emocionada a Sin Mordaza, único medio del país que logró hablar con ella.
Lo malo para la familia y un alivio para el gobierno de Binner es que son cordobeses y no podrán realizar marchas para pedir justicia, como la familia de "Pocho" Lepratti. Los hechos no son comparables. Uno fue "gatillo fácil" de un policía que se creyó impune, el otro por una inacción policial. Las dos se pudieron evitar si hubiese existido una conducción policial responsable.
El gremio Atilra Rosario había presentado nota en la secretaría del Ministerio de Seguridad en la sede de Rosario anticipando que podría ocurrir un enfrentamiento con sectores antagónicos. El diputado provincial del ARI José María Tessa se comunicó un día antes con el ministerio y anticipó que podía haber problemas.
No le dieron identidad a los planteos. La orden que tiene la fuerza es la de "no interferir" ante una manifestación gremial. No era un evento normal. Había un antecedente de la semana anterior. El acto en Atilra era para repudiar la agresión sufrida por los delegados de Sancor por parte de la conducción del gremio nacional, que con anuencia de la empresa los dejó entrar a la planta. Sancor repudió los hechos pero no es ajena a lo ocurrido. Los manifestantes que llegaron a Rosario son empleados de la empresa en distintas localidades que faltaron a su trabajo para poder viajar. Sancor tiene mucha plata en juego, se están discutiendo diferencias salariales que ya había acordado con el gremio a nivel nacional. Pero Atilra Rosario ganó la demanda judicial y reclama mayores montos. Una interna por dinero.
Más allá de las responsabilidades gremiales, está la obligación del Estado de brindar seguridad. Nada hubiera pasado si la fuerza policial generaba una barrera de contención para evitar que las fracciones se enfrenten. Como se hace en los clásicos de Central y Ñuls o en cualquier estadio de fútbol cuando las hinchadas son rivales. Nada del otro mundo. Pero salió el ministro Antonio Bonfatti encendiendo la polémica: "Hoy estaríamos hablando de represión y gatillo fácil", dijo. Desde el PJ salió Luis Rubeo a contestar que "nadie hubiera dicho eso. Yo creo que si la Policía intervenía se hubiera evitado esta situación. No tendrían que haber reprimido, tendrían que haber prevenido".
Pero el apoyo más fuerte vino del propio gobernador: "Estamos de acuerdo con todo lo actuado por la policía. El ministro está avalado por Naciones Unidas", señaló. Un elogio que no alcanza para fortalecer la alicaída imagen del ministro ni para devolverle la vida a Cornejo.
Un ministro que no cuenta con información precisa o no confía en las fuentes no puede desarrollar políticas de prevención, menos de seguridad. Ojalá concurra a la interpelación pedida por la oposición y explique muchos temas sobre su gestión.
El ministro debe dar respuesta por su inacción ante tantas advertencias, pero también sobre el caso Segovia, que deja un manto de sospecha sobre la fuerza de seguridad provincial, especialmente en la conducción rosarina.
Por estas horas, el fiscal duda que el patovica Raúl Casón sea el autor del homicidio. Alguien tiene que hacerse cargo de lo ocurrido, este delito no puede quedar impune.
Marcela y sus hijos deben tener justicia.
También debe existir un responsable por no acercar la información sobre las actividades de los hermanos Segovia. ¿Nadie se dio cuenta que el mozo del Provincial se había mudado a Fisherton donde hacía ostentación de un gran poderío económico llegó a pagar el pavimento de la cuadra para que sus lujos autos no se estropearan, que además jugaba al paddle con el segundo jefe de la Regional, que su hermano, con un salario de $1.800, se manejaba con un mini cooper y viaja a China como nosotros vamos al centro? ¿Nadie vio nada? Parece que hay que darle la razón a la jueza Laura Cosidoy, que ha definido como "autista" al gobierno. También hay que preguntarse por qué Cuenca no pidió la renuncia de alguno de sus dirigidos por no acercarle la data precisa para poder actuar. ¿O lo sabía y no hizo nada?
Algunos miembros del gobierno creen que llegó el final del ministro. "Por cada día que pasa se paga más costo político por un hombre que no es del palo", se refirió molesto un socio del Frente Progresista. ¿Hasta cuándo lo seguirá sosteniendo Hermes Binner?
Hasta la próxima
Fuente: Por Carlos Delicia