EL PAIS › DOS MIRADAS SOBRE LA CARACTERIZACION DE LA DISPUTA AGRARIA
Con críticas al oficialismo, las fuerzas de orientación trotskista debaten entre una posición favorable a los productores rurales y la toma de distancia tanto del Gobierno como de las entidades agropecuarias.
Con los chacareros
Por Vilma Ripoll * Pagina 12
Ciento diez días de conflicto agrario ya permiten a millones de argentinos y argentinas ver si el gobierno de Cristina y Kirchner dice o no la verdad. No sólo sobre el campo, sino también sobre el modelo económico. Porque este gobierno habla y habla de “redistribuir la riqueza”. ¿Pero cuál es la realidad? ¿Las cifras del Indek, de un 0,6 por ciento de inflación en mayo? ¿Los salarios promedio, que no llegan al costo de la canasta familiar? ¿El 45 por ciento de la fuerza laboral aún en negro, a cinco años de gobierno K? ¿La “mesa de los argentinos” semivacía o vacía para millones de pobres e indigentes, mientras el Gobierno subsidia a las grandes empresas formadoras de precios y se niega a anular el IVA a los alimentos? ¿El petróleo y el gas en manos extranjeras, a contramano de Latinoamérica? ¿Acaso el tren bala?
De todas las cifras y hechos, destaco uno: la desigualdad social. Es el que mide precisamente cómo va la tan mentada redistribución. Porque con los Kirchner, la brecha de ingresos entre el decil más rico y el más pobre sigue siendo nada menos que de treinta veces. Es exactamente la misma distancia que había en los años ’90, bajo Carlos Menem. Entonces, resulta que en medio del “mayor crecimiento económico de los últimos 200 años”, lejos de redistribución lo que hoy seguimos teniendo es concentración. Todo aquel que se considere progresista no puede ignorar esta realidad.
Kirchner habla de una supuesta lucha contra la derecha para confundir y desviar la atención. Pero cualquier gobierno de derecha le envidiaría al actual sus gentilezas diarias a los Techint y demás pulpos, a las empresas privadas concesionarias del transporte, a las petroleras y mineras que gozan de exenciones y subsidios, y al capital financiero y bursátil cuyas operaciones no son gravadas. ¿O no es justamente de allí de donde salen los fondos de inversión de los grandes pools de siembra? ¿O no son las grandes agroexportadoras las que adelantaron sus ventas, volviendo ficción la recaudación extra y el anunciado plan social?
Ese es el verdadero modelo del Gobierno y solamente en este marco se puede entender el actual conflicto para definir cómo posicionarse. Por desgracia para el Gobierno y por suerte para el país, millones ya se están dando cuenta de las mentiras. Y por eso Cristina y su marido –pese a tanto acto, cadena nacional, power point, patota y maniobra– no logran frenar su desprestigio político.
Con sus particularidades, el mismo conflicto se expresa en el campo. Desde 2003 el kirchnerismo viene favoreciendo la concentración con subsidios millonarios a los grandes productores y arrojando a los pequeños a una situación tremenda, empujados a alquilar sus pocas hectáreas a los pools de siembra. Si además ahora les aplican el mismo nivel de retenciones que a los grandes, muchos van a terminar vendiendo lo que tienen. ¿Y quién se apropia de esas tierras? Los grandes productores o pools, es obvio. Por eso la resolución 125 no tiene absolutamente nada de progresivo, porque parte de perjudicar a los chacareros. Por otra parte, el Gobierno no utiliza ese dinero más que para pagar vencimientos de la deuda externa y para comprar voluntades políticas.
Lamentablemente, un sector de la izquierda ha comprado el discurso oficial. Y en vez de acompañar las demandas de los pequeños productores, llaman a apoyar al Gobierno de la concentración económica en el campo y en la ciudad. Repiten que una detención es “llevar a upa” y que un puntazo es “un raspón”. Así quedan junto a lo peor del régimen político que ya comenzó a derrumbarse y en la vereda opuesta a las mayorías. Lo mismo pasa con quienes dicen tener una tercera posición, ese “ni-ni” sectario de existencia virtual. Quien no es solidario con los pequeños productores, de hecho resulta funcional al Gobierno, aunque oculte su postura tras discursos radicales.
Desde el MST-Nueva Izquierda apoyamos a los pequeños productores. Como lo hacen millones de trabajadores y sectores medios en todo el país. Y convocamos una vez más a los dirigentes obreros, populares, estudiantiles y a todos los simpatizantes y votantes de la izquierda a redoblar el apoyo a esta lucha, sumando también sus propios reclamos.
Así como en el 2001 estuvimos junto a los ahorristas y sectores medios de la ciudad, es necesario que hoy la izquierda apoye el reclamo de los chacareros para que junto al pueblo trabajador sean parte de la lucha por un nuevo modelo económico, político y social. Y a la vez proponemos levantar juntos medidas duras que de verdad ataquen el poder de la oligarquía.
Retenciones diferenciadas: altas a los grandes y bajas a los pequeños. Impuestos progresivos a las ganancias de las grandes exportadoras y pools. Nacionalizar el comercio exterior, para decidir nosotros cuánta y qué comida exportar, y no seis empresas amigas del Gobierno. Una profunda reforma agraria, para terminar con la concentración y aumentar el territorio de producción y la cantidad de chacareros y campesinos. Anular el IVA a los productos de primera necesidad para combatir la inflación y otorgar un inmediato aumento de salarios y jubilaciones. Y terminar con el trabajo en negro, sea en el campo, la ciudad o el propio Estado.
Frente a las dilaciones y aprietes del kirchnerismo en el Congreso, ahora proponemos preparar una gran Marcha Federal para el día en que se trate la ley. Para que vengan miles de todo el país, se sumen los sectores obreros y populares de la ciudad con sus reclamos y logremos que no pase la 125. Si se logra, estaremos más cerca de terminar con un modelo económico y político que está hundiendo a nuestro país y a nuestro pueblo.
* Dirigente del MST-Nueva Izquierda.
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