Cada vez hay más casos de sífilis en Santa Fe

01-12-06

Fuente consultorweb

El Hospital Cullen detectó que se duplicaron los casos en el último lustro. La estadística marca una tendencia, aunque el número total es claramente mayor. Hay además una "cifra negra" por tratarse de una enfermedad vergonzante. Los especialistas aseguran que el crecimiento se debe al no uso del preservativo, consecuencia de la irresponsabilidad generalizada y de una endeble política de educación sexual. Para peor, el gobierno nacional debe decenas de miles de pesos a ongs que se dedican a tareas de concientización. Por Gustavo Castro

Los casos de sífilis crecen lenta pero incesantemente en la ciudad de Santa Fe, al punto de que en los últimos cinco años casi se duplicaron, según se desprende de las estadísticas del consultorio de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) del Hospital Cullen. Debe destacarse que los datos pertenecen sólo a este efector, lo que indica que el número total es más importante, especialmente si se observa que existe una cifra "negra" amplísima, incluso mayor que la de los registrados. Así lo indicaron los especialistas consultados por Entre Líneas, quienes también coincidieron en explicar el fenómeno en la absoluta falta de conciencia sobre el uso de los métodos preventivos -básicamente el preservativo-, producto ello de la ausencia de una política efectiva de educación sexual. Encima, el Gobierno no ayuda: la Nación adeuda decenas de miles de pesos en subsidios a un centenar de ongs que trabajan sobre la problemática, varias de ellas santafesinas.

Esta consistente evolución de una infección que el imaginario popular creía desterrada habilita a encender una luz de alarma. El alerta se refuerza al imaginar una proyección sobre achaques más graves: no por casualidad el primer estudio mundial sobre salud sexual y reproductiva, publicado recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS), sostiene que las relaciones sexuales sin protección son la segunda causa más frecuente de enfermedad y muerte en países en vías de desarrollo y la novena en naciones desarrolladas.

Las cifras

El total de los casos de sífilis atendidos en el Consultorio de ITS del Hospital Cullen fueron de 174 en 2001 a 318 en 2005, es decir que crecieron casi al doble. Según el dermatólogo Carlos Piva, médico de ese centro sanitario, la disminución del número de consultas de este año, y por ende de casos nuevos de las distintas patologías, se debe a que restan los meses de mayor actividad, con lo cual es esperable que las cifras se aproximen al año anterior.

El mismo profesional se encargó de aclarar que los datos publicados aquí son sólo de un consultorio, a los que habría que sumar los casos de la actividad privada, que en general no se denuncian, y los de otros efectores. Aún así, la estadística del Cullen permite establecer una tendencia, ya que la cantidad de pacientes atendidos es similar a la del Hospital de Clínicas de Buenos Aires y otros nosocomios igualmente importantes.

Además, las propias características de la enfermedad amplían la "cifra negra". "Creemos que la mayor parte de la gente que padece una sífilis llega tarde. Se lo detecta en un análisis circunstancial o porque concurre pensando que tiene otra enfermedad o una alergia", manifestó Piva.

Es importante mencionar, en la misma línea, que "las enfermedades de transmisión sexual (ETS) son vergonzantes. No hay tampoco especialistas que la traten, su tratamiento está desperdigado en el dermatólogo, el ginecólogo, el urólogo, el clínico, pero particularmente entre el farmacéutico y el amigo", ironizó el profesional. Y ejemplificó: "los chicos se contagian y lo primero que hacen es consultarle al amigo. Le preguntan: ‘¿vos tuviste?, ¿qué te pusiste?’ y van y se compran eso. O van al farmacéutico, que le recomienda algo que no necesariamente es lo correcto".

El urólogo Oscar Abud aportó otro dato revelador: "nos sorprende que haya hombres que tienen una lesión peneana y que ni siquiera van a consulta médica y llegan después con ETS muy avanzadas. Son personas que tienen relaciones sexuales, incluso con parejas estables, y mantienen esas relaciones con lesiones importantes. El hecho de que no se atiendan tiene que ver con esto de la enfermedad vergonzante".

El subsidio que no fue

Como se pudo advertir en estas mismas líneas, la educación y la toma de conciencia en prácticas sexuales seguras asumen una importancia estratégica para la prevención de ETS, desde la sífilis hasta el Sida.

Es en este contexto que el gobierno nacional abrió líneas de subsidios para ongs que trabajen sobre la problemática, en un programa que recibe financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). A principios de este año, unas 150 organizaciones de todo el país firmaron sus contratos luego de que fueran aprobados sus respectivos proyectos.

Una decena de instituciones de la provincia se vio beneficiada por esta iniciativa, incluida la Conserjería de Salud Sexual y Reproductiva del centro de salud de Guadalupe "Padre Trucco", que debía recibir 20.000 pesos en subsidios. No obstante, para variar, algo falló.

La coordinadora de esta entidad, Mabel Busaniche, relató a Entre Líneas que su trabajo "se inició hace 2 años, cuando la asamblea barrial de Guadalupe tuvo la posibilidad de hacer esa experiencia, que creemos sigue siendo la única experiencia en Santa Fe". Allí generaron "un taller permanente donde conversamos de diversos aspectos que hacen a la sexualidad femenina y al uso de los distintos métodos anticonceptivos con las mujeres que están en la sala de espera", agregó.

Al tomar conocimiento de la posibilidad que abría el gobierno nacional decidieron presentar su proyecto "La transversalidad de género. Una experiencia piloto en un centro de salud de Santa Fe", ya que les permitía "crecer en número y, a la vez, tener una conserjería en violencia familiar, porque nos parece que ambos temas van muy juntos", argumentó Busaniche.

La propuesta finalmente fue aprobada en febrero de 2006 y al mes siguiente arrancaron con un equipo de profesionales –asistentes sociales, médicos, abogadas y psicólogas-, interdisciplinario, para atender ambas conserjerías".

El trabajo, efectivamente, se realizó. Más aún, continúa. Pero el dinero, al menos en su totalidad, no llegó. "Solamente recibimos un primer desembolso de 4.000 pesos. Lamentablemente, a nivel nacional nos están diciendo que no pueden financiar el proyecto porque tienen problemas con el BID. Durante todo el año, las 8 integrantes de la conserjería trabajamos ad honorem. Lo cual nos ha molestado muchísimo, porque si bien se continúa haciendo la tarea, mucha gente dejó sus trabajos y estamos imposibilitadas de ampliarla", se quejó, con razón, Busaniche.

La militante social resume esta experiencia, más allá de la importancia de su labor: "todo este año ha sido una especie de parto, de sufrimiento, donde se ha estado trabajando ad honorem, pero no se sabe hasta cuándo los profesionales van a aguantar. Y esto no pasa solamente de vez en cuando, es sistemático con los programas nacionales".

La irresponsabilidad e inconsciencia que empujan hacia arriba las cifras de enfermedades de transmisión sexual, al parecer, no se limita a la gente de a pie.

Fragmento del artículo publicado en la edición de noviembre de la revista "Entre Líneas"