Un fin de semana con hechos de violencia marcados por el uso de armas de fuego

Vecinos del barrio El Pozo alterados por una violenta persecución, un joven apareció agonizando producto de las heridas de bala en Santo Tome y un agente de policía le disparó a su mujer y se suicidó frente a sus jefes. Fuente: El Litoral / DataSantaFe OnLine Dos delincuentes fueron capturados por la policía a poco que ayer asaltaran un local comercial en el barrio El Pozo de nuestra ciudad. Agentes de la Comisaría 25a. que fueron alertados por los vecinos de la Manzana 5 salieron en persecución de los malvivientes, cuando estos trataban de abandonar el vecindario a la carrera. Ante la intervención policial los asaltantes que fugaban con cajas de cigarrillos y otros efectos robados, sacaron a relucir armas de fuego. Ambos se internaron en la zona de bañados y cubrieron a tiros la retirada. Luego, cuando uno de ellos fue alcanzado por un proyectil en una de las piernas, se desplomó y fue capturado. El restante sería atrapado segundos más tarde. Una comisión policial encontró en el bañado dos revólveres de grueso calibre que los delincuentes _llegados de Alto Verde_, abandonaron en su frustrada retirada. Otro caso ocurrió en Santo Tomé, cuando un joven fue encontrado tendido en la vía pública con una grave herida de bala en el rostro y otras dos, una en cada brazo. Anoche, en la esquina que forman las calles Córdoba y México los agentes de la Comisaría de Distrito 12a. encontraron y auxiliaron a la víctima _Rodrigo Villalba_, un joven de 27 años de edad que se domicilia en calle Santa Fe al 1200. Poco después de las 22 Villalba ingresaría al hospital José María Cullen de nuestra ciudad y la policía santotomecina se dedicaría entonces a dar con el paradero del agresor, un sujeto ajeno al barrio, pero no desconocido para sus habitantes. En tanto, un hecho de violencia sacudió a los vecinos del barrio Las Flores I, cuando, luego de una discusió, el sargento de la URI sacó un arma de sus ropas y le disparó a su concubina para culminar disparándose a sí mismo frente a la profesional y a sus compañeros de trabajo. En sede policial un sargento de la URI puso trágico y sorpresivo final al dialogo que sostenía con una sicóloga, la misma profesional que momentos antes había logrado disuadirlo de la intención de quitarse la vida en su domicilio de calle Europa al 9800. Tras ser llevado desde su casa hasta la subcomisaría 3a., en presencia de sus jefes y otros oficiales de la repartición, el hombre _nadie advirtió que escondía un arma entre sus ropas_, atacó a balazos a su joven compañera y, cuando aquella cayó mal herida, apuntó a su cabeza y se mató.