Cada cual atiende su juego

La política y los partidos comienzan a definir estrategias con vista a las elecciones del 2009. Mientras Kirchner logró ungir una conducción nacional con casi todos los protagonistas del movimiento justicialista, Santa Fe se debate si habrá o no interna. Agustín Rossi que ha demostrado ser el más interesado en postularse, analiza los pasos a seguir dependiendo de la coyuntura nacional. Por Carlos Delicia

El sábado se reunió con sus íntimos en la ciudad de Rosario y decidieron hacer una recorrida por la provincia para analizar con los referentes la estrategia a desarrollar: En 15 días estarían en condiciones de anunciar la postura del sector.

Por el otro lado, Ricardo Spinozzi sigue trabajando con la decisión de dar pelea en la interna. Para el legislador del sur, todo lo que sume es ganancia. Se haga o no la interna, pierda o gane, todo es beneficio, ya que ha logrado instalar su nombre dentro de la estructura justicialista. A la corta o a la larga, le servirá para sus objetivos.

El escenario del PJ tiene ahora nuevos componentes, a nivel nacional, una conducción fuerte con la presidencia de Néstor Kirchner que no dejará que ninguna provincia se descarrile y salga del proyecto nacional. Quienes conocen la forma de conducción del ex Presidente saben que no querrá internas en Santa Fe. “No es momentos de internas”, se lo escuchó decir hace pocas horas en su despacho de Puerto Madero. No escapa a los que saben leer entre líneas que la nominación de Omar Perotti en una secretaría en desmedro de las figuras de Reutemann y Rossi, es un posicionamiento de una cara nueva pero también un castigo para los despojados. Reutemann por su posición adoptada ante la crisis con el campo y Agustín por sus ruidos generados en la interna santafesina por su pelea pública con el Lole. Si bien Kirchner ya venía promocionando la figura del intendente rafaelino, se podía ver las operaciones en medios nacionales, pero especialmente por los dichos de los intendentes del sur que participaron del acto de Cristina en Plaza de Mayo, que al cruzarse con Kirchner le preguntaron que “¿qué hacemos en Santa Fe?”, y se sorprendieron al escuchar como respuesta “hablen con Perotti”. Hay muchas lecturas sobre la decisión del ex Presidente; algunos lo ven como un trampolín para una futura candidatura a gobernador, otros como una señal de renovación del PJ provincial. Pero el más sorprendido por la distinción fue el propio Perotti, que sólo se imaginaba dentro de los 75. Una nueva responsabilidad que lo posiciona como referente nacional con mucha incidencia en lo provincial, pero que deberá manejar con mucho tacto para no quedar atrapado en la durísima interna Rossi-Spinozzi. Lo mejor que podría hacer es convocar a una mesa de diálogo a los tres santafesinos que están en le PJ nacional y a Spinozzi para evaluar la realidad del PJ santafesino y luego, con un guiño de la conducción nacional, definir si hay internas en julio. En su interior, el intendente de Rafaela no quiere internas porque conoce el pensamiento de Néstor.

Por el lado del socialismo, reina una tensa calma. El senador nacional Rubén Giustiniani logró retener la presidencia del partido nacional y Miguel Lifschitz se quedó con la conducción del partido provincial. En esta columna, el 12 de marzo decíamos: “Hay tres posturas y un nuevo actor que puede dar que hablar: Miguel Lifschitz. El intendente de Rosario quiere ser el futuro gobernador de Santa Fe y parece estar dispuesto a todo para conseguirlo. Se sabe que Hermes Binner ve en el ministro Bonfatti su sucesor. El partido santafesino que tiene su interna podría respaldar a Giustiniani en lugar de Lifschitz. Ante este escenario, Néstor Kirchner -que observa con anticipación la política- vio la posibilidad de que se convierta en el candidato del PJ para el 2011 y lo invitó a charlar en sus oficinas de Puerto Madero. Se le hizo muy difícil al intendente de Rosario explicar a la prensa una reunión fuera del marco institucional. ¿Será Miguel el nuevo Cavallero?”.

Con los resultados en la mano podemos preguntarnos si no fue el propio intendente de Rosario quien diera a conocer a la prensa sobre la secreta reunión de Puerto Madero, buscando asustar a sus correligionarios con un eventual salto político. Bonfatti se quedó con las ganas de ser el “uno” provincial, pero no resigan su aspiración de ser el candidato en el 2011. Desde su estratégico cargo y generando políticas partidarias no siempre se cosechan flores (ver nota de Raffin en pág. 11), por lo que deberá atemperar sus ímpetus y actitudes si quiere llegar con chances.

Por el lado de los radicales, las intenciones prevalecen sobre los hechos. Todos coinciden en que deben olvidar las divisiones y acciones del pasado para pensar en recuperar el partido. Hasta ahora sólo “hay que juntarse”, pero por varias razones no se han podido sentar a una mesa. Mientras tanto Luis “Changui” Cáceres, que tiene la llave del partido, prepara para el 10 y 11 de mayo un encuentro con los miembros de la vieja “coordinadora” para festejar los 40 años de su creación por el grupo “Setúbal”. Los radicales por el Frente se desesperan porque necesitan el partido para desarrollar una estrategia electoral para el 2009 y así condicionar al socialismo, que hasta ahora le ha pagado muy mal por el gran aporte realizado para que lleguen a la gobernación.

Este es el panorama actual de la política santafesina, pero que puede cambiar si el Gobierno nacional no logra un acuerdo con el campo el 2 de mayo. Dicen que la política es el arte de posible y la Argentina el arte de lo imposible.