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Fuente: Por Alejandro Colussi | |||
Ambos dirigentes son irreconciliables. Personal, política e ideológicamente. Sus votantes también. Martínez le “robo” votos a la oposición y canalizó en su partido distrital el voto bronca. Barletta realizó la elección en los parámetros históricos de la UCR, es decir entre un 25 al 30%. Barletta llegó al techo de sus posibilidades, pensar que los votos de Paulón vayan hacia su sector es caprichoso y quimérico, en cambio, debería cuidarse que los votos de Marta Fassino no emigren al Cachi o al actual intendente. Todos los candidatos se equivocan si piensan modificar el porcentaje de voto en blanco en nuestra ciudad. Es el porcentaje histórico, de rechazo-comodidad-indiferencia-falta de representatividad, etc, que tiene nuestra ciudad. Creo que el intendente “zafó”, lo daban por “muerto político” por el desgaste de 4 años de gestión y el duro golpe de la inundación pluvial a 90 días de la elección, con todo el efecto devastador que eso significa. Martínez demostró una vez profesionalidad en el trabajo de campaña, apostando a canalizar, insistimos, el voto peronista disconforme con la actual gestión que se niega a votar a otro partido, tal es así que el 85% de sus electores votaron por Rossi o Bielsa. Una estrategia inteligente de los dos candidatos, que alguna vez casi llegaron a las manos, sería potenciar la polarización entre ellos. Pero para eso, Martín Balbarrey debería desprenderse de su ideóloga de campaña, Sandra Simoncini, modificar la estética publicitaria, cambiar el discurso y los gestos, seguir apostando a la calle e imitar lo que hizo su par de Rosario, considerar seriamente otorgar una “ayuda extra” personalizada a los sectores más castigados por las lluvias. Martínez, en tanto, no se debería confiar en la amnesia social, existen sectores que le recuerdan su pasado hiper menemista, su cercanía a Massat y sus volteretas políticas. Alguna autocrítica o explicación sería conveniente. Por el lado del radicalismo, sinceramente, no creo que existan mayores posibilidades de autocríticas, por el mesianismo y autoritarismo de Barletta, alguien que no es capaz de aceptar las críticas, mucho menos es tolerante a aceptar que se equivocó en algo. Así le fue. |
Secuencia didáctica: números romanos
Hace 7 años.
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